Itinerario de 7 días desde Lisboa

Tu viaje comienza en la famosa Doca de Belém, situada en uno de los barrios más históricos de Lisboa. Al llegar, asegúrate de explorar las joyas arquitectónicas cercanas como la Torre de Belém y el Monasterio de los Jerónimos, ambos monumentos icónicos del período de los descubrimientos y declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La Torre de Belém, construida en el siglo XVI, sirvió como defensa para la entrada al puerto de Lisboa y es un recordatorio de la rica historia marítima de Portugal. No olvides probar los deliciosos postres típicos de la zona, los pasteles de nata de la mundialmente famosa Pastelería de Belém.

Zarpa en la mañana y deja atrás el bullicio de Lisboa mientras navegas bajo el majestuoso Puente 25 de Abril, uno de los puentes colgantes más largos del mundo, que conecta Lisboa con la margen sur del Tajo. En tu camino hacia Oeiras, disfrutarás de vistas del Faro de Bugio, que se encuentra en una isla pequeña en la desembocadura del río. Este faro ha guiado a marineros a lo largo de los siglos, asegurando su entrada al puerto de Lisboa. Al llegar a Oeiras, un puerto encantador protegido por el Fuerte de São Julião, podrás dar un paseo por el Paseo Marítimo de Oeiras, una vía escénica junto al mar que es ideal para caminar o andar en bicicleta. También puedes visitar el Palacio Marquês de Pombal, un impresionante edificio del siglo XVIII rodeado de jardines barrocos, donde se ofrece una vista de la vida aristocrática de Portugal.

Tu travesía te lleva hoy a Cascais, un antiguo pueblo pesquero que se ha transformado en un destino turístico vibrante, sin perder su encanto histórico. En el camino, disfrutarás de un recorrido por algunas de las playas más famosas de Portugal, como Carcavelos y Parede, conocidas por sus arenas doradas y aguas refrescantes. Al llegar a Cascais, aprovecha para perderte por las calles adoquinadas del centro histórico, donde encontrarás boutiques, cafés y restaurantes acogedores. No te pierdas el Museo Condes de Castro Guimarães, una antigua mansión convertida en museo que alberga una colección fascinante de arte y antigüedades. Cascais también es famosa por ser el refugio de la nobleza portuguesa en el siglo XIX, y sus mansiones y palacetes te transportarán a esa época.

Prepárate para una navegación más larga en dirección sur, pasando por el imponente Cabo Espichel, una península donde los acantilados se elevan dramáticamente sobre el Atlántico. En esta travesía, pasarás por una costa de playas vírgenes como Pinheirinho y Galé, perfectas para una parada rápida y disfrutar de un baño en sus aguas cristalinas. Llegando a Sines, descubrirás un puerto con una historia rica y un ambiente relajado. Sines es conocido por ser el lugar de nacimiento de Vasco da Gama, el famoso explorador portugués que abrió la ruta marítima a la India. Puedes visitar el Museo de Sines, ubicado en un castillo que domina el puerto, donde aprenderás sobre la vida y viajes de este navegante.

Navega hacia el norte, y mientras te diriges a la península de Troia, mantén los ojos abiertos para avistar delfines, que a menudo nadan junto a los barcos en esta zona. Troia es famosa por sus largas playas de arena blanca y sus aguas cristalinas, que ofrecen un ambiente perfecto para relajarse y disfrutar de deportes acuáticos. La Marina de Tróia es moderna y ofrece todas las comodidades que puedas necesitar. Además, Troia cuenta con ruinas romanas bien conservadas, lo que te permite explorar la historia antigua de esta región

Continúa tu ruta hacia la pintoresca villa pesquera de Sesimbra, conocida por su bahía protegida y sus tradiciones marítimas. En el camino, pasarás por la costa de Arrábida, donde las montañas se encuentran con el océano, creando un paisaje espectacular. Esta área es ideal para nadar o hacer snorkel, gracias a sus aguas tranquilas y transparentes. En Sesimbra, sube al Castillo de Sesimbra, desde donde tendrás vistas panorámicas de la ciudad y la costa. Este castillo, que data del siglo XII, es un recordatorio de las raíces medievales de la región.

Tu aventura culmina con una navegación de regreso a Lisboa, disfrutando del viento y las olas mientras te acercas al puerto. Al entrar de nuevo en el río Tajo, podrás contemplar algunos de los monumentos más impresionantes de la ciudad, como el Castillo de San Jorge y el moderno Parque de las Naciones. Finalmente, llegarás a la Doca de Belém, donde podrás disfrutar de una última noche en la vibrante capital portuguesa, reflexionando sobre los recuerdos inolvidables que has acumulado durante tu travesía.